Un ejercicio aeróbico resulta suficiente para la preparación física cardíaca. Los beneficios para el sistema cardiovascular proporcionados por cualquier ejercicio aeróbico son múltiples: gracias al entrenamiento, el corazón bombeará una mayor cantidad de sangre en cada contracción, los vasos sanguíneos estarán más preparados para llevar este acopio mayor y llegará más sangre a los pulmones, permitiendo que la cantidad de sangre oxigenada que llega a los músculos sea mayor.
Este efecto del entrenamiento ocurre con cualquier ejercicio aeróbico que se efectúe.
Ejercicios para alcanzar el fitness total
Sin embargo, el ejercicio es muy específico en cuanto a sus efectos periféricos, que son cambios estructurales que permiten que los músculos en movimiento puedan usar más oxígeno para producir una energía mayor.
Los mitocondrios, unas fábricas de energía en el interior de las células, los músculos desarrollan más capilares, aumentando el flujo de sangre intramuscular, aumentan en número y eficacia; y se producen cambios en la actividad de las enzimas que hacen que los procesos bioquímicos involucrados en el metabolismo sean más eficientes.
Mientras que cualquier ejercicio de resistencia puede mejorar la preparación física cardíaca, cada actividad provoca el desarrollo de grupos de músculos periféricos diferentes y específicos.
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