Comer poco tiempo antes de los ejercicios pudiera conducir a una elevación súbita y luego un descenso de tus niveles de glucosa en la sangre, lo cual te dejaría fatigado en las últimas secciones de tu sesión de ejercicios.
Sin embargo, si has energizado suficiente tus músculos en las 24 horas anteriores a la sesión, con la cantidad adecuada de carbohidratos para rellenar tus reservas de glucógeno muscular y hepático, no es necesario comer ningún otro alimento de este tipo.
Lo que comas (o no) antes de los ejercicios no es tan importante como lo que comas con regularidad. Cómo, cuándo y qué comiste el día anterior —e inmediatamente después de los ejercicios y durante ese día y noche— son igualmente, o en mayor medida tal vez, importantes. El reabastecimiento de las energías es un componente importante de la recuperación, el rendimiento y el progreso continuo.
Si estas siguiendo una dieta saludable puede resultarte interesante estos consejos para comer afuera sin caer en los malos habitos.
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