A la mayoría de las personas no les resultan los programas de ejercicios físicos porque enseguida intentan hacer demasiado, no pueden seguir la disciplina regular de asistir a un gimnasio pautado con horarios o simplemente no lo pueden pagar.
Lo recomendable es incorporar la actividad física a la vida cotidiana de tal modo que se convierta en un hábito como dormir o comer. Las ventajas del ejercicio físico se capitalizan en calidad de vida y son imprescindibles para el bienestar orgánico y emocional.
Antes de comenzar por cuenta propia cualquier tipo de actividad física, consulte a su médico. En esta primera entrega haremos referencia a algunos principios generales a tener en cuenta y ejercicios simples para comenzar a poner en práctica.
Como mejorar nuestra calidad de vida en ejercicio
Aporte energético
La práctica de ejercicios físicos no es cansadora sino, por el contrario, otorga más vitalidad al organismo al estimular la producción de enzimas que convierten la grasa en energía.
De menos a más
Al iniciar ejercicios no importa la cantidad, se debe comenzar dosificando la actividad con pocas series e ir aumentándolas a medida que el cuerpo se adapte. Lo importante es poder hacerlos con placer, sin que representen otra exigencia más o una carga.
En casa y al ritmo personal
A diferencia de las clases tradicionales de gimnasia donde se debe mantener el ritmo del grupo, la práctica doméstica permite seguir un ritmo personal que tiene beneficios superiores a los proporcionados cuando otra persona marca los ritmos. Si su cuerpo se siente perezoso al empezar, puede ir habituándolo con menos repeticiones o cambiar de ejercicio para no aburrirse. La incorporación de movimientos diarios, trabajando distintas partes del cuerpo facilitan adquirir el hábito. Al ir comprobando los resultados difícilmente se lo abandone.
10 minutos por día
Mientras la mayoría de los gimnasios disponen de programas que exigen un mínimo de diez o quince minutos de calentamiento, en las sesiones que usted realice en su casa cuando hayan pasado esos diez minutos habrá finalizado su plan de ejercicio diario.
Es mejor una práctica sostenida de diez minutos diarios que tres horas semanales. Estos diez minutos dedicados a uno mismo restablecen la armonía cuerpo - mente - espíritu.
Con calma y creando el ambiente apropiado
En muchos gimnasios sus socios hacen ejercicio al ritmo frenético de la música y con movimientos bruscos meneando miembros de una manera mecánica e inconsciente, lo cual lejos de reportar beneficios puede conllevar un alto riesgo de lesión.
Sólo su médico podrá evaluar qué tipo de ejercicio es el más adecuado para usted. Y si lo que busca es liberar tensiones en busca de una total armonía, créese una atmósfera que le permita concentrarse en cada movimiento de manera de efectuarlo adecuadamente, obtendrá mejores resultados.
Por dónde empezar
• Articulaciones:
Cuello: Comience por el cuello y descienda por todo el cuerpo. Este calentamiento desbloquea las distintas articulaciones del cuello.
Flexione la cabeza suavemente (todos los movimientos son suaves) hacia delante con la barbilla contra el pecho y luego estírela suavemente hacia arriba. Repita este movimiento cinco o seis veces asegurándose de que arquea levemente el cuello hacia arriba o hacia atrás para no acortar excesivamente el cuello por la parte posterior.
Gire la cabeza por encima del hombro derecho, luego por encima del hombro izquierdo. Repita también este movimiento.
• Hombros:
Coloque las manos sobre los hombros con los codos en los costados vueltos hacia fuera. Haga girar los brazos hacia delante formando grandes círculos con los codos.
Realice el movimiento cinco o seis veces y luego invierta el sentido, llevando hacia atrás hombros y codos.
• Columna:
Coloque las manos en las caderas con las rodillas ligeramente flexiona-das. Gire la parte superior del cuerpo por encima de las caderas en el sentido de las agujas del reloj.
Repita el movimiento de un lado y del otro la misma cantidad de veces que en los ejercicios anteriores.
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